Bambas, trenes, alas y Petra Pan

Sólo pretendía salir de aquella cueva, no sabía si por un instante o para siempre. Pero al salir de la cama, sin querer (darme cuenta), mis pies cayeron directos en las bambas.
Y allí estaba la puerta que nunca había visto abierta, pero lo estaba.


Fue entonces cuando empecé a irme... quien me conoce sabe
que rara vez consigo irme al primer intento, sinó que me entretengo,
espero, no sé bien bien qué, pero tardo (un poco, mucho... demasiado).
A veces hasta llego tarde cuando luego me esperan.


Esta vez no tardé menos... pero como nadie me esperaba,
me importó bastante menos.

Y me fui corriendo a la estación, esperando que Renfe
me ayudase en pleno agosto a irme lo más lejos posible de mi cueva,
más de lo que nunca estuve en 11 años.
Acabé cogiendo aquel tren donde sabía que podía encontrar las alas
que justo allí había dejado olvidadas.

2 comentaris:

  1. Volar es cuestión de impulso, a veces se consigue sin alas.
    :-) Besitos

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  2. Tú lo has dicho, sí. A veces, cuando tus pies caen directos en las bambas, echas a correr, coges impulso y puedes volar después, aún sin haber encontrado las alas que quedaron olvidadas hace tiempo en algún tren. Salut, Oréadas!

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